El fin de las novedades. El comienzo de lo mismo.. planear, estar lleno de emociones y terminar haciendo lo mismo: nada.
Se aproxima el fin del año 2015, y como todos, interiormente o públicamente, hacemos un balance de lo que fue nuestro año.
Creo que no podría quejarme del mio, pero tampoco lo tomo como el mejor.
La mayoría de los meses me la pasé llorando por alguien a quién nunca -en este año- le importaron mis lagrimas. Y hoy lo pienso, y mientras escribo, dejo caer las lagrimas que me hacen sentir esto que pienso.. Nunca le importaron y nunca le van a importar -de este año en adelante-.
Y no, no lo juzgo.. No soy mi persona preferida en este mundo. Tengo mil defectos y algunas pocas virtudes. No me elegiría como compañera de aventuras, no saltaría conmigo misma desde un acantilado, no pasaría conmigo mis últimos minutos de vida.
IMPORTANTE: El que piense que tengo el autoestima muy bajo, no se equivoca.. pero no lo oculto, lo expongo o hago notar por acá.. solo lo escribo porque cerré mi cuenta de Facebook y no estoy interesada en que todos aquellos amigos virtuales vean como me siento y mucho menos quiero recibir palabras de aliento que no son sinceras.
Desearía que implicar el comienzo de un año nuevo, sea cerrar los ojos a las 23.59hs del 31 de Diciembre, abrirlos a las 00.01hs del 1° de Enero y que todos nuestros dolores y todas nuestras penas se hayan esfumado, dejándonos solamente el aprendizaje de lo que nos pasó para no volver a repetirlo ni pasar por eso.. Sin necesidad de experiencias.. Que sea como cuando sos chiquito y te dicen: No toques el fuego porque quema. Okey, entendí.. me voy a quemar, me va a doler, me va a arder y va a ser un dolor molesto durante varios días. Entendí.
Quizás escriba esto hoy y mañana ya es un sueño cumplido para el comienzo de mi próximo año. Quizás debería dejar de ver tantas películas. Quizás..
No hay comentarios.:
Publicar un comentario